“…el tono fresco del conjunto, los timbres brillantes y la ejecución impecablemente limpia mantienen el interés del oyente hasta el final, quedándose incluso con ganas de más.” (Revista Ritmo)
«Una versión ciertamente impecable que recoge la esencia del espíritu mahleriano de la obra y la lleva al terreno de la exquisitez tímbrica e introspección expresiva. Aspectos estos que la Camerata Gala supo extraer sobradamente bajo la batuta de Alejandro Muñoz, junto a una bellísima – bien que lógicamente elemental – concentración del color y una naturalidad en el fraseo, a los que la cabalidad de los tempi y el sabio planteamiento de los clímax no fueron ajenos.» (Mundoclásico)
«Este disco (Espiral) es de obligada escucha para todo aquel que desee adentrarse en la música de nuestro tiempo. Camerata Gala y Alejandro Muñoz, gracias por este disco necesario.» (Revista Melómano)
«Una estimulante experiencia sonora que, sin salirse del tiesto de lo que es el imaginario sonoro de la mayor parte de los escuchas occidentales, resulta solida e interesante.» (Doce Notas)
«La Camerata Gala interpreta la música con un conocimiento profundo de los objetivos de cada compositor/a, y la claridad y sinceridad de las interpretaciones del grupo enfatizan la franqueza artística de los mismos y su habilidad para comunicar ideas y emociones musicales…» (Revista Ritmo)
«La Camerata Gala está considerada actualmente como uno de los conjuntos de referencia gracias a la energía, la originalidad y la calidad de su trabajo.» (Diario Córdoba)
«A la cálida expresividad y la interpretación de la Camerata se une la excelencia técnica de su interpretación, tan amorosa como lúcida, siempre un buen equilibrio en Mahler interpretado con una alegría, un entusiasmo y un espíritu de asombro deliciosos.» (Tarraco’s Culture Club)
«Bajo la dirección experta de Alejandro Muñoz la Camerata acomete con serena perfección una Cuarta Sinfonía cuya espontaneidad y frescura redescubrimos en el esmerado trabajo de Domínguez-Nieto para el conjunto. Porque todo parece novedoso, nada se echa a faltar con respecto a la versión original para orquesta. El equilibrio tímbrico es admirable en todo momento. Además del comentado cuarto movimiento que canta Lojendio, destacaría el Ruhevoll (tranquilo), poco adagio, sin duda el más camerístico e íntimo per se, donde los miembros de la Camerata y director sevillano alcanzan niveles de expresión mágicos.» (Revista Melómano)
